viernes, 20 de noviembre de 2009

Tiempos Venidores (Modernos)

Los primeros en descubrirlo fueron los más jovenes, entendían mejor el sistema y la información les llegaba siempre en instantes, los más viejos se enteraron con mayor lentitud, a estos se les hacía dificultoso el recibir la información ya que debían oirla de la radio o utilizando pequeñas antenas con las que interceptaban el mensaje emitido.
Sonaba en todas las radios, todas las ondas de frecuencias mayores y menores, en todos los aparatos y todas las redes lo único que se oía era el intermitente mensaje.
Rápidamente todos los que pudieron se acercaron al punto de concurrencia, los que ya estaban ahí observaron la escena con cierta melancolía. Vivían de ellos, y ahora que ya no habían, no eran nada.
Pronto, en cada punto asignado, cementerio, un montón de viejos cacharros que con esfuerzo habian llegado y otro montón más númeroso de jovenes cuyas mantenciones al día les ayudaban a llegar con mayor rápidez se conglomeraron esperando; Esperando a que nada sucediese.
Uno de los pocos, más cercanos, que tenía manos y piernas, incluzo cabeza. Se encamino por la colina que llevaba al punto más alto del cementario. Depositó un manojo de cables.
Ya que no podían llorar, el cielo los hizo por ellos. Eran lagrimas que anunciaban la libertad, habían muerto, eran libres.

sábado, 31 de octubre de 2009

Maravillosas Ocupaciones: Piernas Dormidas

Empecé a probando la Abstracción, pero me aburrió después de que, tras una visita al zoologico, no consiguiese desaparecer un elefante. A partir de ese momento, comenzó mi busqueda de aquella perfecta ocupación.


Pero no paso mucho sin que me diese cuenta de que aquello que realmente amaba, era algo que venía haciendo desde hacía ya mucho, aquella placentera acción que sucedia en el momento en que apoyaba ambas rodillas en el asiento delantero de la micro. El momento en que ambas piernas se adormecían.

Todo sucedia lentamente, la presión esfingomanometrica empezaba a apoderarse de mis extremidades con extrema quietud, al principio el hormigueo era poco notorio, pero con la presión muscular correcta por mis piernas corria aquella encapsulante sensación de ablandamiento, ligereza.

Aprendí a disfrutar de esto cada vez que subía en la micro, y pronto comezé a usar ambas piernas en lugar de sólo una para disfrutar de aquella deliciosa sensación, no fue hasta que empezé a tomar el transporte publico de manera excesiva y en los momentos menos adecuados cuando me dí cuenta de que había adoptado esta obsesión como un modo de vida.

Pero comenzé a sentirlo rutinario, y empezó a aburrirme como mi anterior ocupación. Fue entonces cuando decidí empezar a adormercer mi brazo apoyando el codo en la ventana. La sensación que esto me producía era bastante más insignificante que la que me producía las piernas, pero convinadas con estas sólo podía compararse con un pequeño Nirvana en la tierra.

Me dí cuenta de que aquella sensación podía ampliarse utilizando el otro codo, pero la única manera de lograr que mis cuatro extremidades se posaron era utilizando al pasajero del asiento de al lado como soporte de mi codo.

Fue durante la primera vez que lo intenté que me sacaron por primera vez de una micro, ¿Por qué? Si tan solo lo había intentado cinco veces con la fuerza necesaria, no tenía que ir el pasajero a hablar con el conductor.

A pesar del pequeño accidente, seguí esperando a que otro pasajero se pusiese a mi lado para intentar buscar aquella sensación, mientras tanto seguía realizando aquella pequeña ocupación tan comparable al Nirvana.

Mas, incluzo ahora sigo guardando las esperanzas, ya que incluzo después de muchos ojos morados, doy por sentado, que sentado, todo es posible.

jueves, 15 de octubre de 2009

La Sinfonia

Lo primeró que sentí fue un remezón que recorrió todo mi cuerpo, sentí como si lo moviesen de su lugar, pero manteniendolo en la misma pocisión, me encontraba quieto, tan quieto como si jamás me hubiesen movido. Aquel movimiento trajo consigo una sensación de ligeresa a todo mi cuerpo que se sintió agradable hasta un punto casi peligroso.

Tal vez jamás me movieron, tal vez siempre estuve en el mismo lugar, no lo sé, sólo sabía que no podía recordar el último lugar en el que parecía haber estado, me reusaba a abrir los ojos debido a que la luz parecía ser muy fuerte así que los mantuve cerrados y me dediqué a tratar de recordar aquel lugar.

Humedad... era eso lo único que recordaba de aquel lugar que ahora me parecía más onírico que el sueño en el que me parecía estár. Realidad, tal vez aquella realidad, ese concepto vago que ahora no podía recordar totalmente bien era aquel sueño que me alejaba de la verdadera realidad que vivía en aquellos trances.

Aquella humedad eran ciertamente, tan solo un retazo de información... una pincelada fría de un pintor inexperto en mi memoria.

Mis intentos por recordar se vieron frustrados por la siguiente cosa que reparé de mi entorno, de a poco, con suavidad la música de un arpa glaciar penetró mis oidos. Era lenta... pausada y fue entonces cuando por primera vez me decidí a abrir mis ojos para observar con mayor claridad de a donde provenía, si es que provenía de algun lado.

Poco a poco me incorporé y empecé a abrir los ojos con lentitud. Al hacerlo... pude divisar en aquel fondo luminoso una fuente, aquella fuente era hermosa y estaba incrustada en piedras blancas, toda la fuente lucía inmaculada y de ella brotaba agua cristalina de color doraceo. Con asombro descubrí que el agua que caía era la música de aquel Arpa glaciar.

Parpardie otra vez y perplejo noté como el agua se tornaba plateada, con rápidez empezó a crecer al costado izquierdo de aquella fuente un gigantesco árbol de tronco y ramas plateadas... con hojas plateadas y un ave del mismo color y de inigualable belleza nació de una hoja. El ave empezó a cantar, pero en vez de trinos... la majestuosa ave cantaba como una dulce celesta, contrastando con la fría Arpa, mezclandose...

Fue entonces cuando traté de levantarme, deseaba alcanzar aquella ave, tocarla a pesar de que se viera tan lejos. Su hermosura me atraía de manera increible. Pero noté con asombro que parecía estar pegado al piso, y a pesar de mi ligereza no podía levantarme. Me empecé a arrastrar por el suelo, y no pude evitar volver a parpadear cuando mis ojos se vieron demasiado cegados por la luz.

Me costó abrir los ojos por segunda vez, pero mientras los mantenía cerrados por el dolor empecé a escuchar el sonido de un Cello, que cada vez sonaba más estridente hasta el punto de ir opacando cada vez más el canto del ave, hasta que fue cortado por un doloroso violín que penetró con fuerza mis canales auditivos. Al abrir los ojos miré con horror como del manantial brotaba agua tan cristalina como la anterior, pero teñida en rojo.

El violín seguía sonando, cada vez con más fuerza, cada vez de manera más dolorosa. Me arrastré con dificultad hacia la fuente hasta que finalmente llegué a ella sin siquiera haber vuelto a parpadear.

Al mirar al interior observé al ave, al avé muerta dentro de ella. Con un agujero en su pecha, como hecho por un arco.

Empecé a parpadear, ahora con desesperación. Como pensando en que finalmente aquella sinfonía daría final, pero sólo consegía que las tonalidades del agua variacen de carmesí a borgoña, cada vez más oscuro hasta llegar al negro.

Entonces lo vi todo negro, y sentí humedad... humedad de un recuerdo hecho realidad, sueño hecho realidad, o sueño hecho recuerdo. Observé con desesperación a todos lados, como creyendo que encontraría cerca al ave plateada muerta... la fuente de númerosas tonalidades... pero sólo encontré cientos de hojas esparcidas por escritorios.

Entonces lo comprendí, observé las partituras y sonreí.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Refugio Onírico I

Refugio Onírico I

Mi mar lejos – escondido por los demás

Vive intranquilo, sus corrientes se lo llevan

¡Me atemoriza¡ Maldito espejismo

Ansio la realidad más que el sueño que me ofreces

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En mi refugio onírico

Mi mar es más salado – pero menos azul

Como nuestros cielos, amarillos

Es el mar, sin fondo, mas, nada mas que un espejismo

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Tu sueño vivído es corriente en mi mar

Tu sueño vivido, maldito espejismo

Probablemente lo has escondido

Para solo mostrarmelo a mí

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Pero eres corriente, no temple

Tu sueño vívido me atemoriza

Hace mi mar más azulado

Y ¡Me atemoriza! Maldito espejismo

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Por que eres corriente

Y no temple

Mi mar seguirá siendo solo un espejismo

En tus sueños.

domingo, 23 de agosto de 2009

Peso

"Dios es grande, demasiado grande."
Carta de un Suicida, Cosa muerta con ojos danzantes
Gina Hasbún

Pesada, se sentía pesada la chaqueta que me cubria del frío. No sabía por qué salía a estas horas de mi casa, de la comidad que representaba la chimenea encendida y el agua calentandose en el termo. No nevaba, jamás lo hacía, pero una intermitente lluvia caía sobre la ciudad, una lluvia tupida, una lluvia que nublaba mi vista a través de los anteojos.

Mi saco se hacía cada vez más pesado mientras deambulaba por la calle, que a estas horas estaban vacías, calles ni si quiera rondadas por el mal.

Aún así empezé a sentirme con cada paso más inseguro, como si alguien, invisible, me estuviese siguiendo, alguién que a pesar de mis paranoicos intentos no podía vislumbrar.

Entonces, rápidamente empecé a sentir miedo y la pesadez de mi saco se volvió tan insoportable que no pude seguir cargándolo. Rápidamente me deshice de él y lo deje tirado en la acera, pero, no pude evitar aterrorizarme cuando el peso seguía sintiéndose sobre mis hombros. La paranoia se volvió cada vez más constante, mi respiración se agitaba y sentía como iba palideciendo. No, no me iba a ganar, empecé a correr, tratando de sacar el peso de mis hombros que además se acrecentaba con el peso de la lluvia, intermitentes gotas cayendo cada vez más rápido.

El peso no daba tregua, me aplastaba todo el cuerpo, incluso mi pecho, que súbitamente empezaba a doler, era insoportable. Al llegar al dintel de mi puerta, desesperadamente intenté buscar las llaves para abrirla.

Fue entonces cuando recordé que las había dejado dentro del saco, mi primer pensamiento fue volver atrás para recuperarlas, pero para entonces, ya no podía seguir soportando el peso.

jueves, 30 de julio de 2009

Nueva vida

Había dejado mi sufrimiento atrás, todas mis preocupaciones con mi vieja piel. Me desise de todas mis maldiciones y cumplí el verdadero sueño de todo el mundo. ¿O quien no ha deseado alguna vez nacer de nuevo?
Yo cumplía ahora el sueño de muchos, al fin había ocurrido lo que más deseaba.

Sí, mi vida antes de el gran cambio sólo fueron penurias. Nada bueno qué contar, salvo tal vez un par de cosas buenas... no, las malas siempre las superaban.
Hombre blanco, metro sesenta, no muy agraciado, mal trabajo, ¿Será solo mi historia o la de muchos? Pero creí que le había dado fin en la tina, con el cuchillo cartonero, creí que ahí mis sufrimientos terminarian, lo mejor fue que tenía razón.

Por un momento todo oscurecio, pero segundos después yacia en una cama en la que jamás me habia acostado, mirando a un techo que jamás había visto... olía diferente, todo olía a mentas. Pensé en lo agradable que se sentía aquel aroma... lo aspire por un rato antes de levantarme.

Estaba en una habitación estampada en un mural verde con hermosos diseños que simulaban picas, como las de las cartas. Habían muchas fotografías. Un hombre de pelo mielaceo abrazaba a una hermosa chica de ojos celestes palidos como el agua pero dotados de mucha calidez y belleza. Fue entonces cuando advertí el espejo que se encontraba al lado de la comoda de las fotografías.

El hombre de pelo mielaceo era yo, el mismo desgraciado de tan solo un par de horas era el que ahora se miraba en el espejo en el cuerpo de otro hombre.

No intentaré expliar como acabe en el cuerpo de Dan después de mi... intento de suicido, lo único que en ese momento sabía era que era una oportunidad nueva. Tal vez eran exactamente los pasos a seguir para mi nueva vida. Averigue el nombre de Dan urgando en las comodas, era un joven estudiante de derechos ambientales. Podia acostumbrarme a él, incluzo hacer de su cuerpo toda una nueva vida.

Salí de mi casa, era Irlanda... nunca había estado en ese país, de hecho, nunca salí de Nueva York. Pero lo que más me sorprendió es que apenas me disponia a salir sentí de lo lejos los saludos de varios vecinos que me miraban con demasiada simpatía.
Fue entonces cuando camino a una cabina para preguntar en que lugar se encontraba la Universidad de Dan, mí Universidad, divise a la chica de los ojos celestes. Me miró y en su rostro se dibujo una sonrisa brillante como el sol y corrió a saludarme. Yo no supe como actuar cuando me beso, su beso fue extasiante... pero lo terminó rápidamente y me miró con el rostro extrañado.

- ¿Qué ha sido eso? - Fue su primera intervención, no supe que responderle así que me quedé callado. - Estas extraño.

Y qué si decía algo que la hacía sospechar... tal vez esto de "mi nueva oportunidad" no era tan fácil como parecía, pero Dan se veía muy querido, las muestras de cariño no paraban desde que salí de mi casa.

- ¿Vamos a la Universidad juntos? - Le pregunté tratando de sonar bastante formal, cuando las palabras salieron de mi boca me sentí más relajado. No era mi voz.

- Sí tontín... te ha pasado algo, te ves extraño, así como ido...

- No, no... nada, Celeste - Fue el primer nombre que recordé de entre los que vi en los papeles de Dan, esperaba no haberme equivocado.

- Bien, pues vamos llegando tarde así que mejor nos apuramos

Mientras más caminabamos más me iba acostumbrando a Celete, me contaba sus cosas y de paso me informaba de las propias mías. Debía asegurarme de mirar luego en el cuarto de Dan si había algún tipo de Diario para recordarme su vida, sí, de seguro Dan tenía un diario. Parecía de la clase de chicos que tienen un diario.

Ibamos pasando por una calle bastante linda, estaba diseñada de tal manera que me recordaba una calle Parisina que vi una vez en una foto, fue en una esquina donde se erguía un hermosos farol donde una señora contrastaba con todo el lugar. Tenía el pelo blanquecino y enmarañado, su rostro estaba arrugado y vestía ropa bastante vieja y un poco oscura.

- Dan, ¿No vas a saludar a la señora Blanchett? - Celeste me miró y me indicó a la señora de aspecto oscuro. Le hice una seña que esta le devolvió y me dijo mientras se alejaba en la dirección contrario - Ve a decirle algo, yo voy a aprovechar de comprar algo donde el señor McGregor.

Se alejó rápidamente dejandome sin nada más que hacer que asercarme a aquella mujer que jamás había visto, ella refufuñaba algunas palabras intelegibles. Me dirigió la mirada y me espanté... tenía un ojo gris, y el otro totalmente blanco, carente de Iris y Pupila.

Se quedó callada y pensativa, cerro los ojos unos momentos y me miró con una lagrima en los ojos.

- Lo mataste - Me dijo a secas
La miré extrañado, yo no había matado a nadie, si había dañado a alguien alguna vez no había sido a nadie más que a mí mismo. Por que ahora esta señora a la cual jamás había visto, bien... tal vez Dan si la habia visto. Pero aún así por qué me acusaba de asesinato.

A menos que Dan fuese un asesino, ¿Estaba en el cuerpo de un asesino?
Fue cuando mis ojos se posaron exactamente sobre la pupila de la señora cuando vi reflajado a través de ellos la realidad... Jamás me había detenido a pensar qué había pasado con Dan. ¿El también había muerto? ¿Fue un error del destino que mi ser acabase en su cuerpo?

- Lo mataste, lo mataste, ¡Asesino! - Empezó a gritar, gritaba con mucha fuerza... yo intente en vano tratar de calmarla. ¿Qué sabía esta señora?
Celeste regresó corriendo con las bolsas que había comprado y me miró con esepticismo.

- ¿Qué le ha pasado Dan? Nunca la había visto tan alterado, vamos señora Blanchett, cálmese... ¿Traigo a su hijo? - Celeste la consolaba mejor que yo, definitivamente, yo estaba paralizado, intrigado por las palabras de la señora Blanchett.

No fuimos a la Universidad, perdimos la hora y decidimos dar la vuelta. Le insistí a Celeste que no me sentía muy bien y qué prefiria ir a mi casa. Ella me acompañó hasta la puerta y no paraba de contarme cosas de la Señora Blanchett.

En el lindel me miró y antes de besarme para despedirse me dijo.

- No pareces tú hoy Dan, será mejor que duermas un rato -

Cuando entré en la casa, no puedo explicar como, empezé a llorar, a llorar desconsoladamente, a llorar tanto que parecía llanto cargado de rabia.
Me miré en el espejo y me sentí extraño, ¿Era esta vida la que quería?

Busque en Internet mi nombre, mi verdadero nombre... Josh Buckel, una noticia... buscaban familiares, mi cuerpo se encontraba en el hospital peligrando de muerte.

- Maldición, ese es Dan, ¡Ese es Dan! Maldición, qué he hecho - Grité, grité hasta que me quedé dormido.

Me desperté un par de horas después en una sala totalmente nueva. Una gigantesca luz alumbraba el techo blanquecino y mi vista estaba un poco nublada.

- A despertado - Escuché a una mujer de voz suave decir. Luego creí escuchar a mi madre, a mí verdadera madre llorar. Estaba en la Clinica.

Más tarde habría corroborado que mi pequeña incursión en el cuerpo de otro no había sido solo un sueño. Dan Pompe era alguien de verdad, había estado un día en su cuerpo, y el había estado un día en el mío.

Muchas cosas aprendí de ese viaje, que esperaba jamás volver a valorar. La primera era valorar más mi vida, la segunda... qué a veces, hay que comprender que con tus errores, puedes arriesgar algo más que tu propio pellejo.

miércoles, 22 de julio de 2009

El pintor, Geometría.

Me dedique durante años a estudiarlas, por última ves mire en aquel libro de la silla las formas geometricas que tanto odiaba, cada una con sus medidas perfectas, trazos, angulos y lineas... las detestaba tanto.


Tal vez sufría de aquel transtorno del pintor que me obliga a ver las cosas de el modo en que en realidad no lo son el que producía en mi ese rechazo, no, no era eso, era como una obsesión.

Entonces, mi mirada se posó sobre el cajón del escritorio que estaba medio abierto y en mi cabeza la idea más fantástica surgió de la nada, saqué de éste la caja de Oleos y observe el Lienzo sintiendome poderoso, un Dios. Y así empezé a pintar con crudas pinceladas, podía verla, mis geometrías de medidas ridiculos y bordes imperfectos.

Un circulo. Un cuadrado. Un triangulo. Un rombo. Ninguna de ellas era como debía ser.

Me separé un poco de mi creación y la observé durante un instante. Entonces, tomé el vaso de agua del escritorio y lo lanzé sobre ella.

Viendo como cada pincelada escurria por la tele, supe que nada en el mundo, podría ser más imperfecto que ello.

martes, 21 de julio de 2009

Retrato Familiar II

El retrato de la mesa del comedor era el favorito de mamá. Lo que la gente no sabía, era que aquel retrato de dimensiones regulares y madera barnizada se había distorcionado cada vez más a causa de las propias personas que allí habían quedado plasmadas.


La tomamos aquel día en que mamá estaba de cumpleaños, hace poco menos de cuatro años, lo mejor, era que todos habiamos salido radiantes. Dígamos que más que una fotografía digital la escena parecía pintada a mano.

Papá bien peinado se hayaba al lado izquierdo de mamá que lucía su vestido rojo favorito. Yo estaba a la derecha de mamá, a mí lado izquierdo, mi hermano mayor, y a su lado, mi hermana menor.

En aquel entonces, yo tenía dieciseís, mi hermano era un poco mayor, por donde años, y mi hermana era menor también por dos años. Sin duda, aquel, era un perfecto retrato familiar, tomado en los mejores tiempos de nuestras vidas.

Fue sólo un año después cuando las desgracias comenzaron, en la cabeza de mi hermano entro aquel romantico y fanático deseo de servir a su país en la marina. Corrían tiempos díficiles para el país y mi padre no podía estár más orgulloso de ver a su hijo favorito transformarse en un héroe patrio, sin embargo, mi mamá se opuso hasta el final con la decisión de su hijo, y desde su partida lloró sobre el retrato familiar todas las noches cuando creía que nosotros estabamos ya dormidos.

Fue así como la tinta de aquella hermosa fotografía empezó a diluirse poco a poco. Mi madre, no lo notaba devido a la lentitud del deterioro. Era casi imperceptible.

Un año más tarde en mi hermana empezaron los cambios hormonales típicos de la adolescencia. Pero no fue hasta que decidió tener un aventura con su mejor amiga cuando los problemas comenzaron. Y como los rumores de sus tendencias lesbicas corrieron rápido por la escuela, mi madre, criada en el seno de una familia conservadora, no tardo en averiguarlo y su corazón se partio en dos al saber que su hija, jamás le daría nietos y además le costaba entender como su hija, la cual crio del mismo modo en que ella fue criada por sus padres, se hubiese vuelto lesbiana.

Finalmente, yo terminé por desacer todos los sueños de mi madre cuando no pude entrar en la mejor universidad del país. Y además como no consegui beca y la mala situación economica, tampoco pudieron pagarme una universidad buena. Con mi destino soldado mi madre que ya había hecho de su llanto nocturno un habito, notó como la fotografía estaba ya casi vuelta un pañuelo.

Mi padre, fue el único que no la había decepcionado, al menos hasta donde mamá sabía, ya que desde que esta empezó con sus ataques de pena toda su vida sentimental se había hecho trizas. Lo que conllevo a que papá empezase a buscar desahogo en su vecina. La mejor amiga de mamá.

Si tan sólo hubiese sabido como su mundo se había derrumbado por completo...
Si tan sólo hubiese sabido como su esposo la estaba engañando.

No me atrevo a decirlo, sería demasiada desgracia para una sola persona.

jueves, 16 de julio de 2009

Retrato Familiar

Lo que no muchos sabían, era que había sido distorcionado por todos los demás. El retrato en la mesa del comedor, aquella que era la favorita de mi mamá, estaba cada vez más distorcionado.


Comenzó hace ya más de tres años, cuando mi hermano mayor decidió enlistarse en la marina, mi madre no podía estar más afligida por tales declaraciones, al contrario de ella mi padre sentía tal orgullo en el pecho que llevaba a todos lados la noticia de su hijo patriota.

Mi madre lloro tanto sobre la foto que poco a poco la tinta de esta empezó a correrse, como si la bañasen en alcohol.

Un año después mi hermana trajo a su novia a casa, se imaginan el desconcierto de mi madre, criada en familia conservadora al observar a su hija.

Por último, yo mismo acabe decepcionandola cuando arruiné todas mis oportunidades de entrar a una buena universidad. Finalmente tan borrosa estaba la foto, que el único retrato bien conservado en ella, era el de mi padre.

Si tan sólo hubiese sabido como la estaba engañando...

sábado, 27 de junio de 2009

Dios

Descendió de los cielos y se llevo consigo a todos los animales.

Los seres humanos no pudieron evitar quedar estupefactos.

viernes, 26 de junio de 2009

Permafrost

Se me enfriaba la sangre, que corría por las venas, venas cubiertas por piel, piel palida cubierta por frio y gélido hielo.


De mi boca, aquel suspiro vaporoso se transformaba en un torrente de nieve que helaba aun más mi ser.

Estaba ahí, totalmente paralizado, preguntandome cuando iba a acabar, cuando aquel torrente de nieve fuese definitivamente el último.

Esaba asustado, tal vez nunca. Tal vez mi presidio en tierras congeladas nunca iba a terminar.

Alguna vez fui un ciudadano normal, vicioso, belicoso, adicto a los juegos de guerra y a los libros de Lovecraft. Tal vez no tan normal... Pero un ciudadano como cualquier otro al fin y al cabo.

Pero ahora, ere el único sobre toda la tierra.

Cubierta de una gruesa capa de hielo.

Castigado, sin poder morir.

martes, 23 de junio de 2009

La Culpa

Me dí una vuelta en trecientos sesenta grados y la ví, ya la había tenido frente a mí anter, pero nunca la había visto.

Se situaba entre ambos lados simetricos que formaban el perdecto ángulo agido, parte del callejon sin salida en el que me encontraba.
Hay estaba, seductora, me miraba de manera lujuriosa, despertando mis bajos instintos.

No se me acerco, a pesar de que parecía despertar interes en mí. Yo lo hice, fueron una serie de largos pasos que parecieron interminables.

Mis venas se helaron, me espanté al ver aquel rostro plano, vacío y carente de expresión.

Ella se adelanto hacía mí, abriendo sus palidos brazos para tratar de pegarse contra mi cuerpo.

Entonces, saque el revolver que venía pesandome hace rato en el bolsillo de la chaqueta y la maté de un sólo y limpio tiro.

Ahí estaba, la culpa, desangrandose en el piso.

miércoles, 17 de junio de 2009

Los buenos tiempos

Acto I
Primera Escena

La actriz esta en el centro del escenario, que emula una calle, esta sola, mas su monólogo la situa en aquel lugar repleto de gente que la observa.

"No creo haber exagerado con el maquillaje, claro está que nunca es demasiado. Esponje mi pelo, saque mi mejor vestido de Donatella del Armario.
¡Radiante!, Así lucía. Más sin embargo... ¿Qué pasa?, Salgo a la calle y me encuentro sólo con miradas de desprecio, como si fuera una especia de fenomeno y no la hermosa actriz que soy. Incluzo, tuve que soportar un par de comentarios desagradables. ¿Qué les pasa?, ¿No saben quién soy?... Soy joven, no creo aún haber perido mi brillo ¿No?. Esto es lo que nostros los actores llamamos la decandencia del teatro, la pura carencía del glamour- Es quel normalucho del vulgo sin talento y exceso de humildad.
¿Qué dirían Taylor ó Monroe? Seguro Frankie no hubiese soportado quedar sin sus musas inspiradoras.
!Tamaña desfachatez del pueblo¡ Antes, eramos dioses que caminaban entre mortales, ahora solo somos mortales desheredados por sus antecesores. Toda gota, requicio de divinidad se perdió con la invención del Home Theater."

Acto II
Segunda Escena

La actriz se encuentra en un pequeño escenario iluminado, esta vestida con atuendos del siglo XVI. Se encuentra postrada en la tarima, simula estar muerta, se levanta y continua su monólogo.

"Miren al costado, sí, al izquiero, en esa butaca, la esposa del alcalde al lado de su amante veinteañero de turno, ¿A esto le llaman audiencia?
Díganme, ¿Qué pasó con los sultanes?, ¿Acaso la reina ya no asiste a la opera? !Miren¡ !Miren por Dios, Miren! Me he muerto, acabo de morir y ni si quiera he visto una gota, una lagrima de emoción. He muerto junto quien más amo... aplausos, aplausos de cortesia y ya.
Salgo del teatro y ¿Qué?... Camarines de cuarta, que se asemejan más a los baños publicos para luego tener que salir en el mayor anonimato, nada de alfombras rojas o Paparazzis, que por cierto ahora usan esos aparatitos que no necesitan revelador, ¡Ya no excisten pintores!, Por dios, que alguién me diga qué es el Véctor, ni si quiera se bien lo que es. ¿Qué diría Marilyn si estuviese viva? Qué diría... "

Acto II
Tercera Escena

La actriz esta tirada en el suelo, hay nárcoticos, anti-depresivos y pastillas para dormir esparcidos por el suelo. Se le ve demacrada, palida y ojerosa.

"Mírenme -Entre sollozos- ¡Mírenme!, hasta esto he llegado, soy un desastre. Los narcoticos sudan por mis poros y mi piel esta palida como la de un muerto... ¿Tan curel es el destino para aquellos bendecidos por Dionisio y Afrodita, Talento y Belleza? Míren, observen la undecima plana del peridico, ¡Mentiras!, ¡Puras Mentiras!, Estúpideces, sardas amarillistas. ¿Qué han conseguido? ¡Arruinarme!. Drogas, Alcohol, Placeres mundanos que remplazan los flashes, la atención de las camaras y el aprecio del publico.

Sujeta su telefono, lo marca y suena la contestadora.

- Christian, ¿Para qué vivir más si no hay nada que valga la pena?.

La actriz ingiere unas pastillas y se derrumba en el piso todavía sosteniendo el telefono en su mano.

Fin del Último acto.
Se cierra el telón.

martes, 16 de junio de 2009

Confuso

Mis pasos se hacían más pesados mientras subía las escaleras y la daga afilada en mi mano temblaba en el bolsillo izquierdo. Él iba detrás, no lo había observado bien, pero parecía presa fácil para mí. Sería un robo limpio y esperaba, sin heridos.
Fue entonces cuando llegué al lugar indicado y automáticamente grite empuñando la daga:

- Alto ahí, esto es un asalto. -
Entonces mi expresión mutó al observar el rostro del aludido transformándose en una mueca de horror.

- Me quitaste las palabras de la boca. - Y apretó el gatillo.

sábado, 13 de junio de 2009

¿Demasiado Optimista?

Mi primera impresión del sujeto tal vez no fue la más equivoca. Se peinaba el pelo levantando la punta de cada uno de estos hacia arriba y terminaban en un
fuerte color rubio amarillento, usaba pantalones apretados y solía hablar con modismos propios del estereotipo.
Felipe era así, como cualquier otro homosexual del caracol, como cualquiera, menos como yo. Yo me vestía de la manera más pulcra y común posible y ostentaba
una categoría más alta que aquella, la del homosexual que se oculta tras las tijeras.

Mi cabello negro, siempre estaba correctamente peinado y poco gente podría decir con sólo mirarme que yo le hacía a los chicos. Me agradaba la falsa idea, ya
que me permitia vivir una vida con la menor cantidad de sobre saltos posibles.
Además, me agradaba decir que mi habilidad como peluquero jamás fue cuestionada por nadie, ya que realizaba mi trabajo de manera ordenada y pulcra, no me
hubiese instalado en el caracol de no ser por que me quede sin dinero después de costear la escuela de Barberos, siempre ostente a mi propio local, en un
centro comercial o en una boutique, pero era lo que tenía y debía hacer lo posible por salir con la frente en alto de esto.

La primera vez que vi a Felipe fue cuando vino a pedirme prestado algodones, me miró de pies a cabeza y después de realizada la transacción me habló con una
vocecilla falsamente chillona al oido.

- Se lo puedes ocultar a alguien, pero no a mí. - Acto seguido se largo de la tienda dejandome atrás estupefecacto. ¿Cómo podría haberse roto mi muralla, tan
perfectamente edificada a base de mentiras.

Por suerte, ahí estaba mi unica amiga, la Rose, una cuarentona simpatica adicta al tabaco que solía ir a antros del barrio estación a pasar el rato conmigo,
la mujer no queria creer que envejecia y hacía la mayor cantidad de cosas de joven que podía. Por lo demás, ella era una de las pocas personas que conocía
mi secreto y con la que compartía el local.

- ¡Mira qué! Sí me han dicho que estos gays tienen un gay radar para detectar quienes también lo son. Aunque claro que con él se nota a la legua de distancia -
Su comentario no me divirtio, sólo acabo con asustarme más, tal vez de nada iba a servir mi muralla ahora tan débil como nunca lo fue. Debí haberlo adivinado,
un hombre hecho y derecho jamás es peluquero. Debí haberme dedicado a ser abogado como mis padres y no un maricón.

Aquella tarde, mientras cerrabamos Felipe volvió con la caja de algodones que le había prestado, no faltaba niuno. Pensé que tal vez se había tomado el tiempo
de volver a llenarla después de haberla ocupado, de todas maneras ni si quiera toco el tema.

- ¿Cómo te llamas corazón? - Me dijo mientras se sentaba en el asiento del cliente mientras cruzaba las piernas y sacaba un cigarrillo. Su frase me dejo sin
aliento, no por que me agradase, si no que aquella frase me recordaba el estereotipo que más odiaba y del que temía formar parte.

- Roberto - Le dije mientras le acercaba el cenicero de Rose que ya se había ido.

- Qué nombre más estirado corazón, ¿Pensabas engañar a alguien con tu tenidita de abogado? Una vez que entras acá seas lo que seas, lo eres. - Me lo dijo a secas,
mi pulso cardiaco empezó a aumentar con rápidez. No me podía imaginar como alguien podía ser tan descortés. Pero trate de mantener la calma y fingí no escuchar su
palabrerío.

- ¿Y usted cómo se llama?

- Felipe Cardenas - Arqueo las cejas como tratando de decirme algo que no pude comprender.

- Bien, Felipe, me temo que estamos cerrando el local. Así que si sólo venía por eso - Lo miré, me parecio extrañamente atractivo, de no ser por su
comportamiento incluzo me hubiese gustado. Pero las circunstancias eran diferentes.

- Por eso venía - Me contesto, tal vez por que nunca fui muy detallista no me sorprendió el leve rubor que se extendía por sus mejillas. Y siguió - Tenemos un
problema con las tuberías, me preguntaba si podría usar tu baño.

- Aquí está - Le contesté a secas mientras se lo indicaba.


Fue entonces cuando su mirada cambio, tiró de mi delantal con una fuerza que me tomó desprevenido y me metio dentro del cuarto de baño. Me sujeto la cara con
ambas manos y me beso los labios. Mi cuerpo no pudo soportar tanta tensión por lo que terminamos haciendo el amor en el cuarto del servicio.

Me sentí horrible, destruí aquella muralla que me había tomado tanto tiempo edificar. Entre la agitación de los cuerpos sudorosos alcanzé a preguntarle aquello
que tanto me atormetaba.

- ¿Cómo supiste que era Gay? - Su mirada muto en una extraña expresión burlesca.
- Me recordaste a mí cuando llegué aquí. - Y rio.

lunes, 11 de mayo de 2009

Waltz n.1

EL baile no sonaba agónico, no más- El baile me daba vida, entoces con cada nota mis pies se iban moviendo. Danzaban de manera irregular, extraña pero siguiendo un patrón que no se repetía. Me sentí de la manera más extraña, indescriptible. De pronto un ser invisible se aferró a mí y me empezó a mover con más rápidez. El vals seguía, seguía, la música cada vez más fuerte entraba en mi mente, la invadía.

Me sentía vivo, con cada salto lograba sentir aquel extraño extasis. El vals no parecía terminar nunca, tal vez fuese el deseo de mi corazón.

Otra vez, notas más altas, esta vez menos seguras. Me seguí balanceando, pero ahora de manera más lenta, pausada. Ahora empezaba aquella parte en que ya no sentía nada.

Mis pies empezaban a ponerse más ligeros, y seguí saltando, no agonizaba, nunca más agonizé. El baile seguía, no agonizaba.

Pero crudo como son los finales terminó. Dando pasó al segundo vals, igual que el anterior, pero tan diferente como puede ser un vals de otro.

domingo, 10 de mayo de 2009

Waltz n.2

Entonces, de nuevo sentí como mis parpados se despegaban de mis ojos y lo vi todo más claro. Note que me había equivocado, que, lo que los humanos llaman amor no es lo que realmente creen.

Estaba sólo, tirado en pequeño rincón tan vacio como yo en ese momento. Entonces sentí el calor de una mano, sujetandome, poco a poco empezé a levantarme sin la fuerza suficiente hasta que mi otra mano se sintió sujeta hacía la de alguien más. Entonces otra persona apoyo mi espalda y conseguí ponerme de pie.

Fue entonces cuando me di cuenta, de que tan equivocados estabamos al compartir nuestra vida con una sola persona, en limitarnos de aquella horrible manera que sólo servía para satisfacer placeres de los que no pienso privarme.

Entonces, sólo entonces me di cuenta de que el amor no era esa cuestión superflua que vendían en San Valentin. Más, sin embargo algo en mi corazón aún sigue buscando aquella mano más fuerte que el resto.

miércoles, 29 de abril de 2009

Entonces...

La miré
Y me miró

Por un instante
La felicidad recorrió mi cuerpo

Cada una de mis venas
Sintió el choque electrico

No temo decir
Que fui feliz.

martes, 28 de abril de 2009

...

Que entro la sala tuvo que hacer todo lo que los demás se habían negado hacer antes.

Tuvo que hacerlo, lo enfrento y paso la prueba con la frente en alto, perdió el temor después de el primer evento- pero, a pesar de sus nervios cuando llegaba el final. Ganó.

La estúpida primera persona se sintio mejor, no se sintió estúpida.

lunes, 27 de abril de 2009

El ojo por dentro

Desde mi punto de vista, que no menosprecio para nada, los pensamientos por vagos que son siempre tienden a perderse en el espacio, divagan y sin darse cuenta se hayan en el lugar totalmente equivocado.

Pero esto les pasa por se presentan en el momento impreciso, menos calificado. Por lo que si tuviera que guardar algo no lo haría en mi pensadero personal, si no que me dedicaría a narrarlo de la manera más extraordinaria posible sin caer en lo absurdo pero rozando tentadoramente el plastico que lo cubre.

También, si hay algo que odie es ser poco directo, no darme a entender. Cosa díficil para un ser humano, extremadamente díficil.

Ya recién vengo de la clásica reprimenda, sí, reprimenda de mis padres por mi promedio 6,2- Nada malo desde mi punto de vista, no le he llegado a encontrar esa gran fascinación por las notas, tal vez nunca la encuentren. Para mi son la manera de sobre-vivir en la jungla que llamo hogar.

Seguro estoy de qué aunque tuviese promedio 6,5 que espero que en unos meses sea posible encuentre en mis padres un pequeño lugar para la vocecita desconforme de siempre, dichosos tal vez estarán cuando llegué el día de que me vuelva un ciudadano normal, un ser parte de la masa homogenea, victima de la perdida del individualismo que me rodea en el colegio.

Casi puedo oir entre los retos de los profesores los disfrazados "Quitense toda muestra de invidualismo, como ciudadanos de una sociedad deben ser iguales el uno del otro"

No hay espacio para los artistas, lo sé como que el poco que nos dan se ve totalmente abrumado por la falta de preocupación de la misma institución como la falta de cultura de sus componentes.

Así que sólo queda hacer las cosas por nosotros y por los que quieras. Ya que ha los oidos sordos es una clara perdida de tiempo hablar incluzo con un megafono.

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